domingo, 29 de abril de 2012

No lo dejes al tiempo.

Hay un lugar cerca de las nubes, dónde alguna vez pensé hacer una casa. Para que cuando encontrase a esa chica que me hiciera feliz, mudarnos ahí. Estar cada vez más cerca de lo que existe arriba y así descubrir juntos las maravillas de éste singular mundo. Tener de mascota el viento que entraría por las ventanas y que nunca nos dejaría solos. Secar tus lágrimas cada que tus ojos se llenaran de una nostalgia por recuerdos que sólo son eso. Aunque alguna vez ese fue mi sueño, ahora lo veo distante. Se aleja de mi mente cada que pienso que es imposible, pues no hay quién sea mi inspiración para hacerlo. O la hubo pero se esfumó como una simple ilusión.


No es que sea reproche, pero simplemente nunca estaremos contentos con lo que tendremos. Es la total verdad. Podremos tener frente a nosotros a alguien que es lo mejor, pero no queremos verlo por miedo a volver a tener la misma mala experiencia de la última vez. Eso es a lo que tememos, de vivir siempre lo mismo. Pero no hay cosa en todo el mundo que sea exactamente igual a otra. Todo es singular, único e irrepetible. Eso sí, somos necios y tenemos la fiel creencia que eso no es verdad y que volverá a pasar.


Lo único que sucede es que nosotros mismos creamos barreras que nos impiden progresar, sin darnos cuenta que sólo afectamos a las personas de nuestro entorno y obviamente también a nosotros. Siempre decimos que algo bueno ha de suceder, pero si no se tiene la iniciativa de querer salir de aquel problema nunca podremos hacerlo. Está en nuestras manos la decisión de seguir adelante y luchar por todo aquello que hemos considerado bueno. 


Perfectamente sé que éstas palabras suenan descabelladas. Todos podrán decirme que eso es imposible, pero no lo es. Sólo que hay que verlo de una forma distinta a la que estamos acostumbrados, porque si lo vemos desde el mismo enfoque nunca tendremos la otra versión que "Pudo haber sido mejor si lo hubiera hecho". Así sucede siempre, terminamos con aquel arrepentimiento y/o nos damos cuenta demasiado tarde que era lo que en verdad queríamos. Oh sorpresa, tus palabras ya no son válidas porque no lo dijiste en el tiempo que correspondía y ahí viene de nuevo la tristeza.


Sucede de igual manera que decidimos que sea el tiempo quien tome la decisión correcta. Sin saber que el tiempo corre y no nos espera, mucho menos toma en consideración nuestras ideas. Hace lo que está en sus manos. Es por eso que sino actuamos debidamente, las cosas saldrían peor de lo que habíamos imaginado y no hay vuelta de página. Queda seguir adelante sin la oportunidad de voltear hacia atrás y poder hacer una remembranza de lo que hicimos mal. No hay solución ni la habrá, porque nosotros así decidimos que fuera. Se hizo así por nuestra terquedad de no querer pensar lo mejor para nosotros.


Y así seguirá siendo hasta que de verdad entendamos que éstas cosas no son juegos, sino verdaderos retos que el destino impone para ponermos a prueba y descubrir que tan fuertes somos.

lunes, 23 de abril de 2012

Prometo cuidar de tu corazón.

Prometo ser maduro. Prometo hacerte sentir bien cada día. Prometo protegerte. Prometo cuidar de tu corazón. Prometo estar ahí cada que lo necesites. Prometo quererte.
Algunas promesas se las podrá llevar el viento y a su paso irlas rompiendo con cada minuto que pase. El tiempo hace lo suyo con dichas promesas y es él quien se encarga de hacer que se olviden y se alejen cada vez más.


No puedo prometer que el tiempo se haga cargo que tal vez las olvides. Pero puedo prometerte que nunca me olvidaré de ellas y me encargaré de verlas realizarse día con día. Porque simplemente no puedo hacer que estas se olviden, ya que cuando se hacen mientras tienes un sentimiento puro y verdadero, lo único que anhleas es ver los frutos que éstas dan en aquellas personas las cuales lo prometiste.


Éstas simples palabras, puede que no tengan validez al tiempo que son redactadas. Pero heme aquí retando a las fuerzas más inimaginables del universo, para comprobar que soy capaz de cumplirlas. No importará el tiempo que me tome, pero ten la seguridad que al tiempo que escribo ésto, mi corazón da fuertes latidos dando fe que todo ésto es verdadero y que no tiene una sola mentira.


Podré prometer algunas otras cosas, pero pienso que no llegarás a creer que con el simple de hecho de verte y sonreír, sea yo capaz de cumplirlas. Tengo noticias, puedes hacer eso y más. Aunque sean simples palabras al viento, sabrás con el tiempo que son para ti, y que ésto que escribo lo hago pensándote. Es que realmente no te imaginas lo que se puede llegar a lograr cuando esa persona comienza a hacerse especial en tu vida.


Prometo que no será la única vez que escriba pensando en ti. Prometo llevarte a la dulzura. Prometo ser el artista que dibuje en tu rostro sonrisas. Prometo ser ese hombro en el que te recargues. Prometo ser la mano que acompañe a la tuya por cualquier camino. Prometo ser la pupila en la que te veas reflejada.


Prometo estar aquí.


Es cierto lo que dicen, porque a través de tus ojos he podido ver esa bella figura que se despliega repartiendo alegrías con el candor de su caminar. Me he clavado en ellos, es que su intenso color me ha cautivado, pues sólo en ellos podría encontrar yo la felicidad y el amor que me gustaría crear poco a poco. Yo sólo quiero que seas ese oasis en el que yo pueda tomar del dulce agua que me puedas regalar.


Prometo cuidar de tu corazón.